Poesía de Lilita Avilés
para el mejor hombre del mundo José Octavio Díaz Quintero, mi abuelito tan amado
Desde el cielo veo tu mirada
Que me alegra y me sustenta
Cuando más me alegra el alma
Que te sientas junto a mi cama.
Desde el cielo abuelito querido
Estas como un angelito feliz
Cuidando de todos desde ahí
Que dichosos somos por tenerte a ti.
Recuerdo esos días de infancia
Cuando peleábamos por la hamaca
Cuando me corregías por mi postura
Y me incitabas al hábito de la lectura.
Como olvidar tus viajes a la finca
O tus salidas a escondidas
Con la TV. a todo volumen
Salías de puntitas por el corredor.
José Octavio Díaz Quinteros,
Un hombre sabio y de buen corazón
Que amo a su familia con gran amor
Amante de Cristo nuestro Salvador.
Extraño esas tardes oírte cantar
Las de Pedro Infante a todo pulmón
Amorcito corazón yo tentación de un beso…
Quisiera el tiempo retroceder para verte
Decirte LO AMO Papachepe de mi corazón.
Estas aquí en mi corazón
Vives más fuerte en toda tu familia
Que te recuerda como lo mejor
Fuiste y serás un gran regalo de Dios.
Dichoso eres por estar en el Reino
Guárdanos a todos un buen puesto
Ruégale a Dios por nuestra salvación
Angelito bello de mi corazón.
Existe nostalgia y un poco de dolor
Al sentir tu ausencia a nuestro alrededor
Yo se que tu sufres el vernos llorar
Pero en algún tiempo nos volveremos a encontrar.
Cuida de todos, cuida de mí,
Cuida a MamaTita, necesita de ti
Yo se que en el cielo tu estas
Ríe en paraíso, vives en la eternidad.
Todos tus hijos, hermanos y nietos
Oran para que Diosito te tenga feliz
Llénate de gozo y mándanos un poco
Angelito lindo, gracias por estar aquí.
Lilita Avilés